domingo, 7 de octubre de 2012

Seguiremos adelante... hasta que la muerte nos alcance.

Llevaba tiempo en busca de un día lluvioso, un día para reflexionar, con la calma y el sonido de la lluvia rechinando sobre la azotea, un día en el que por fin me diera cuenta de lo que estaba pasando a mi alrededor, y por fin llegó ese día, un día anhelado.
Sentado en la terraza, observando el caer de la lluvia empecé a pensar sobre todo lo que había pasado en mi vida desde la última vez que vi como llovía, todo había cambiado.. las relaciones, la experiencia, el conocer…todas esas cosas que siempre han estado en mi vida y que con el paso de tiempo han ido evolucionando, gente que antes sólo eran conocidos e incluso enemigos y que ahora son mucho más que eso, son la gente que me a ayudado a seguir adelante, sin mirar atrás y sin nunca retroceder, porque si hay algo que me han enseñado es que en la vida, siempre hay que ir hacia delante, da igual lo malo que haya pasado, ya que es pasado, y de que lo que ahora debe preocuparme es el futuro, el siguiente paso…
Nunca me ha sido fácil dar ese paso, y aunque sé que no es tan difícil y que estoy seguro de ello, nunca lo hago, quizás sea miedo al rechazo, a la humillación o el saber que jamás podré remendar ese error..Pero aún así lo intento hacer lo mejor que puedo, con pisada firme y alegre, que nadie noté mi dolor o mi tristeza, ya que eso me haría mas débil…o era lo que pensaba…pero como el tiempo pasa y es difícil caminar sola, encontré a mi acompañante, un acompañante, que no era perfecto y que tampoco era fácil que diera un paso firme, pero aún así me gusta, ya que él comprende por lo que se pasa, y juntos podemos seguir este gran camino, claro, habrán tropezones por culpa del otro, pero aún así seguiremos adelante…hasta que la muerte nos alcance.

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